1978, EL Caso Scala y el anarcosindicalismo.
(artículo editado en la revista polémica núm 64 junio 1997)
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Me he animado a escribir estas cuartillas por qué he creído ver algunas imprecisiones en el artículo sobre el Caso Scala aparecido en el nº 62/63 de vuestra revista Polémica y ya que invitáis a hablar del tema y puesto que de alguna manera viví con intensidad aquellos días de primeros de año de 1978, aquí va mi pequeña aportación.
Por aquel tiempo tenía el cargo de Secretario de organización de la F. L. de CNT en Barcelona. En aquel entonces la Federación Local elegía a un Secretario General y las distintas secretarías corrían a cargo de diferentes sindicatos elegidos por las delegaciones a la F.L. y éstos en asamblea de sindicatos elegían al compañero destinado a dicho cargo, así pues, el sindicato de la Construcción de la CNT al cual pertenecía me encomendó la misión de ocupar la Secretaría de Organización del que sería el primer comité local de la CNT en Barcelona, una vez legalizado el sindicato en 1977.
Como la mayoría de aquellos jóvenes que acudimos a la CNT, era un gran neófito, poco hecho en asambleas, en discusiones bizantinas o de susurros de pasillos, que me encontré con un cargo importante en la organización, cuanto menos de gestión. Fue un año muy intenso en el que aprendimos todos aceleradamente, Jornadas Libertarias, Mitin Montjuïc, Incendio Modelo, Llibertat d’expressió (caso Jotglars), Jornadas de Osona, Huelga Transporte, Huelga Gasolineras, Pacto Moncloa, Asesinato Agustín Rueda, Caso Scala, etc.
La Secretaría de Organización de la CNT en Barcelona se nutría de un delegado de cada sindicato, que una vez por semana se reunían para llevar a término los acuerdos adoptados por el Pleno de la Federación Local. Por aquel entonces, La secretaría junto al Secretario General de la F. L. tenía a su cargo la coordinación de las distintas secretarías de la F.L. así como la puesta a punto de su sede en aquel entonces en la Plaza Real(1) y de todos cuantos actos se realizaban, ya fueran manifestaciones, mítines, conferencias, etc. En fin todos los detalles logísticos pasaban por la Secretaría de Organización. Naturalmente siempre con la prisa y la improvisación como principal elemento de empuje y el nada despreciable factor
humano (la militancia) que en aquel momento era muy importante ya que siempre encontrabas los compañeros que se ofrecían generosos para cualquiera de las tareas encomendadas. Esta era pues en síntesis la cara publica de la Secretaría, pero puestos en el momento de lucha en que estábamos, la psicosis de las infiltraciones policiales, etc, teníamos nuestro propio grupo de autodefensa que, llamábamos “Servicio de orden” que se dedicaba sobre todo al control de cualquier acto público y el “servicio de organización”, en que su tarea consistía en la recogida de información sobre elementos fascistas, parapoliciales y de posibles infiltrados en la CNT y además estaba alerta en los actos públicos de una manera mucho más discreta que el “Servicio de orden” sobre todo en los casos de manifestaciones y huelgas (3).
Por aquel entonces otros sindicatos como el de Transportes de Barcelona o el Comité Regional tenía un sistema, que creo, mucho más sofisticado que el nuestro, aun que lo desconozco en profundidad. De cualquier forma y visto desde la lejanía de los 20 años que han pasado me doy cuenta que suspendimos el examen con un cero rotundo, ya que nuestro carácter y forma de ser nos impedía actuar con la rigidez necesaria para estos casos. Era una organización en la que verdaderamente existía el recelo, puesto que la experiencia de los viejos militantes nos lo había enseñado pero la sangre caliente de nuestra juventud y nuestras ansias de vivir en la libertad, nos hacía tremendamente generosos y abiertos al compañerismo. No era más que nuestra “ Primavera” (4) y nos tocaba vivir con intensidad . En aquel tiempo, me imagino que los partidos políticos (sobre todo los marxistas) contaban con una infraestructura similar a la nuestra, pero mucho más férrea.
Conocí a Gambin (2) un día antes de la manifestación contra el Pacto de la Moncloa. Llegó a la FL junto a otro compañero del que desconozco cualquier dato, allí nos los presentaron como bravos compañeros recién llegados de Murcia. La figura de Gambin no se me vendió como un viejo anarquista sino más bien como la de un bravo luchador de aquellos que sacan pecho y se enfrentan con fuerza a la policía en las manifestaciones. Al menos esa fue la impresión de aquel momento. Como ya era mediodía aprovechamos para cerrar la Federación Local, para tomar el aperitivo en una terraza de la Plaza real, allí entre sorbo y sorbo comentábamos los preparativos del día siguiente, cuando acto seguido nos dimos cuenta de que Gambin había desaparecido y tardó un buen rato en volver a aparecer.
Al día siguiente ya en la Avenida del Paralelo y como responsable jurídico de aquella manifestación, como siempre tenía muy claro, en evitar cualquier provocación y por ello los compañeros del sindicato de la Construcción que formaban el servicio del orden aquel día, discretamente abrían y cerraban la manifestación, siempre con la previsión de evitar cualquier anomalía, ( y los fantasmas de los fachas que por aquel entonces también existían). Así pues, nuestra preocupación, era, de que, todo transcurriera con plena normalidad y aunque detectamos compañeros cargados de cocteles Molotov conseguimos que respetaran el carácter pacífico de la Manifestación.
Terminada la Manifestación contra el Pacto de la Moncloa, parecía que todo había salido a pedir de boca, ya que la participación había sido múltiple, e incluso con la participación de trabajadores de la fábrica Bimbo de Granollers en aquellos momentos en lucha por sus puestos de trabajo y se había dejado oir el grito unánime de rechazo al Pacto de la Moncloa.
Recogidos los utensilios (pancartas, etc) un grupo de compañeros decidimos tomar el vermounth en el propio Paralelo enfrente había una pantalla de televisión a la que apenas dábamos nuestro interés cuando llegaron las noticias el flash de la Manifestación de la CNT casi mezcladas con el incendio de la sala de fiestas Scala. Allí en la misma avenida del Paralelo cuando apenas había transcurrido una hora escasa del término de la manifestación nos dimos cuenta de la gravedad del asunto.
Los sucesivos telediarios y al día siguiente la cabecera de periódicos como el Noticiero Universal no dejaban duda de la trama. Tal como se fueron conociendo los nombres de los detenidos no había duda del intento de implicación de la CNT, al menos dos de los detenidos pertenecían o habían pertenecido en algún momento a la Secretaría de Organización de la F.L. de CNT. En aquel momento creí que la implicación directa con la CNT pasaba por mi detención. En posteriores reflexiones me di cuenta de que la policía es muy astuta y no le hacia falta llegar hasta los cargos públicos de la organización.
Así pues, no fueron 48 horas como decís en vuestro anterior artículo sino escasamente una hora para darnos cuenta que aquello tan Maquiavélico nos iba a salpicar por algún tiempo.
En otro aspecto en el que discrepo es en las declaraciones de Bondía a la prensa de Madrid y sobre todo en el enfoque que le dais y en el contexto en el que se produce.
Si bien, recuerdo las continuas reuniones de Bondía en la Fragua de Barcelona durante su mandato como Secretario del C.N. de la CNT, a las cuales asistí en más de una ocasión Y la propuesta que un Buendía nos trajo Bondía, maquinada en el seno de los socialistas madrileños con el objetivo de terminar con la hegemonía sindical de CCOO. La cual nunca llegue a entender, realmente cómo se podía llegar a proponer a una organización como la CNT que además en ningún momento había aceptado entre en el juego político, elecciones sindicales y demás. Eso ocurría en el invierno de 1981 o 82, y los militantes cenetistas queríamos recuperar terreno y sobre todo ilusión, pero sin duda quien había delineado aquella propuesta desconocía a la CNT y sobre todo su estructura o bien no era más que una más de las trampas para machacar después al anarcosindicalismo.
Cuando hago un poco de memoria y recuerdo las imágenes de los plenos regionales celebrados en los locales, bien del Sindicato de Espectáculos en el Pasaje de la Paz o bien los celebrados en el sindicato de Artes Gráficas de la calle Riereta, entre otros, claro, me doy perfectamente cuenta de la manipulación de aquellas asambleas, casi siempre radicalizadas en dos o tres posturas, muy diferenciadas que retornaban el debate del 36 o mejor aún, el de los primeros años del exilio en Francia.
Sin duda la gente joven que como yo, se había acercado al anarcosindicalismo, con un gran desconocimiento, pero cargados de grandes ilusiones, se vio forzada a tomar partido por las diferentes posturas, lo que motivó un desgaste interno que nunca hasta hoy ha sabido aflorar hacia el exterior.
Cuando en realidad de lo que se trataba era de crear un punto de apoyo para la continuidad del anarcosindicalismo en España. Es decir, la creación de una generación puente que en aquel momento no existía y hoy mucho menos.
Creo que el anarcosindicalismo sólo tendrá de nuevo vigencia, cuando una nueva generación tenga la capacidad de cuestionar el discurso “democrático” de los partidos políticos y la legislación de sus leyes democráticas que actualmente tienden cada vez más hacia el discurso derechista.
Pero esa nueva generación precisa de una generación consciente como puente, y para ello desde una perspectiva libertaria, creo que sólo hay un camino que pasa por diferenciar los campos de actuación del anarquismo y del anarcosindicalismo en sus múltiples corrientes y desde luego no interferirse en absoluto.
El movimiento libertario español tiene suficiente historia como para analizarla en profundidad y recoger la enseñanza adquirida para aplicarla estratégicamente en cada momento.
Manuel Aisa
(1) Hoy el Local pertenece al pipa Club.
(2) La primera y única vez que estuve con Gambin.
(3) Ver el folleto en relación con el “Caso Scala” nueva ofensiva policiaca contra la CNT yel MLE editado en 0ct/ Nov 1980
(4) Algo así como nuestro mayo del 68.