El Teatro y la Novela social de
Alberto Ghiraldo.
La figura que nos trasmite Ghiraldo es la de «Caballero de la Libertad», él pertenece al ciclo de elegantes «Gentelmans» con Capa, bastón y prolongados bigotes, entre los que encontramos a anarquistas y heterodoxos de su tiempo como: Rafael Barret, Sebastián Faure, Pedro Gori, Charles Malato y el catalán Pompeyo Gener.
Nacido en Argentina en 1874 fue siempre fiel a sus ideas de libertad, luchó por las injusticias de una Argentina que inició en esos años (mitad siglo XIX)una gran transformación pasando – por ejemplo – Buenos Aires de 76.000 habitantes en 1853 a 500.000 en 1887. Con un evidente auge de la industrialización del país ya fuese con la transformación de la red ferroviaria que pasó de 4502 Km.(1885) a 40.000Km (1930) y el intercambio intercontinental de mercancías y pasajeros lo que motivó un importante punto neurálgico en su capital Buenos Aires.
La emigración de obreros españoles, italianos e incluso del resto de los países de Europa fue importante, y no sólo con ellos traían sus esperanzas de mejorar su nivel de vida en una tierra que ellos creían todavía virgen, y propicia para nuevos sistemas sociales de vida. Sino que también con ellos traían y acarreaban con el bagaje de una ideología aprendida en Europa, el anarquismo, una ideología que ante todo era una nueva forma de entender la vida mucho más equitativa, que trataba de despojar del yugo a que había sido conducido el hombre por el hombre a través de los siglos, o sea, una ideología que sencillamente consideraba a los hombres iguales con los mismos derechos y deberes a repartir a partes iguales el fruto del trabajo y por supuesto descartaba la figura represiva del patrón, – aquel que dirige, manda, ordena, manipula y por supuesto, reprime – en sus múltiples representaciones.(Capital, ejército, políticos, clero, etc).
Pero para los obreros de la Argentina como en tantos otros lugares, la tierra no fue fácil y la injusticia multiplicada en vejaciones hizo que los obreros se organizaran y crearan sus propios instrumentos de lucha, por lo que ya en 1874 se creó una sección de la AIT, años más tarde en 1901 se crearía la FORA ésta y otras organizaciones afines serían órganos vitales para poder luchar frente a la represión que ejercía, el poder militar y político en el país.
Aquí es donde notamos la labor incuestionable de Alberto Ghiraldo que ya en 1904 era el director de la revista «Martin Fierro» así como de «Ideas y figuras» y «El Sol» siendo durante algún tiempo también director de la «Protesta» órgano de expresión de la FORA.
También, como él mismo nos cuenta en «La Historia de Gorrita (Páginas del destierro) » escribió sus duros artículos en la prensa burguesa de su época como en la «Nación», pero, lo que nos interesa en esta ocasión, es ver su amplia obra literaria, siempre cargada de contenido social en un entramado evidentemente anarquista, ya sea en la Pampa, en el propio puerto de Buenos Aires, o trasladando su personaje a la mítica «rosa de fuego» Barcelona, como el personaje de «Humano Ardor» «Salvador de la Fuente» obrero argentino que a su llegada a Barcelona es detenido por la policía y puesto en prisión, inmediatamente el autor mientras su personaje permanece detenido en los foso de la comisaria, se recrea en el recuerdo de un «Salvador de la Fuente» y éste, – su personaje- desarrolla toda la trama de su niñez, adolescencia, juventud y la madurez de un consecuente (consigo mismo) anarquismo que debe abandonar ¡su querido! Buenos Aires después de una dura lucha en la huelga de los astilleros. El primero de estos capítulos fue también publicado en la colección «La Novela Semanal»(núm.175 (15-11-1924) con el Título de «La infancia del apóstol Salvadorito».
O en el cuento de «Cara y cruz» donde Ghiraldo esboza un poco el retrato del anarquista de acción tan en boga a finales del siglo pasado y principios de éste, donde su personaje muestra su fortaleza en la acción directa y la sensibilidad sumisa del amor a una mujer o a las pequeñas cosas de la vida e incluso la desesperación por no poder alcanzar el amor tantas veces deseado.
Ghiraldo anduvo por España en varias ocasiones, sobretodo después de ser expulsado de la Argentina, por el gobierno de aquel país que le encumbró con el título honorífico de «Hombre peligroso» pero en España contaba con buenos amigos (Benito Pérez Galdós entre ellos)y a menudo era bien recibido y respetado por la prensa de la época que siempre se hacía con el eco de su llegada, acostumbraba pues, a ser un acontecimiento la presencia en Madrid, Valencia, Sevilla o Barcelona, de la figura aristocrática de Ghiraldo con su inseparable capa y bastón. Así en 1918 debutó en el teatro Eslava de Madrid con la compañía de José Martí el drama «Alma Gaucha» (drama de los sin trabajo)un año más tarde se iniciaría una gira con la misma compañía y representando además el drama «La columna de Fuego» obra de tres actos y cinco cuadros. Esta obra debía estrenarse el 28 de febrero de 1919 en el teatro Princesa de Valencia, pero fue prohibido por su contenido social, sin embargo en aquellos momentos una prensa libre así como diversas manifestaciones frente al teatro lograron que pocos días más tarde la autoridad represora debiera ceder y autorizar su estreno la noche del 4 de marzo de 1919 con un lleno a rebosar, debiendo de salir a saludar al público todos los actores y el propio Ghiraldo tuvo que pronunciar un poema dedicado a Valencia delante del auditorio.
«SALUTACIÓN A VALENCIA».
«Valencia, tierra en que vive
la raza amiga del sol.
No vengo a daros la luz:
os traigo mi corazón.
Bardo errante, voy cruzando
del mundo por la extensión.
Y tengo por patria el mundo
porque es muy grande mi amor.
Aquí siento que palpita
y perfuma como flor,
un sentimiento muy hondo
que es fuego de rebelión.
Y yo el rebelde que lucho
por la humana redención,
despliego aquí mis banderas
que siguen flameando al sol.»
A.Ghiraldo.
Días más tarde se representó «Alma Gaucha» mientras que Ghiraldo discernía en animada conferencia sobre «La misión social del arte».
Años más tarde con este mismo título aparecería publicado un artículo en la revista «Estudios» nº68 (abril 1929) donde Ghiraldo nos dice: ¿El drama por el drama? NO. El drama por la vida, entonces, es decir, el drama por la idea. Lo demás será sólo asunto de feria, espectáculo de circo, negocio, nada más que negocio. A lo sumo, goce infecundo, placer de solitarios. …. Hay que echarse en la vida, bracear en el oleaje, con alma enérgica y músculo férreo, sin adular a minorías privilegiadas o mayorías sin criterio, para poder realizar obra de verdadero arte y de verdadera ciencia. … Así pues, para ser adeptos de la ciencia y del arte, hay que interesarse por el bien de la humanidad.
Pero volvamos a la obra de teatro «Columna de Fuego» donde entre otros personajes vemos a «Salvador de la Fuente». La acción en el Puerto de Buenos Aires en escena una pequeña casa vecinal y humilde donde Ghiraldo describe la triste situación de una familia que se ve obligada por sus malas condiciones de vida a ir a la huelga, el niño -Julio- que no comprende porque también hoy igual que ayer tiene que comer pan duro y la madre -Telma – que apenas sabe ya como justificar lo injustificable.
O la escena entre los hombres de acción del sindicato y el filósofo León Almeida, donde en el desarrollo de la escena «Salvador de la Fuente » dice: «Compañeros: se nos amenaza con la declaración de un nuevo estado de sitio. Sabemos de buena fuente que las autoridades están resueltas a acudir, como otras veces, a la Fuerza Armada para contrarrestar este nuevo gesto del proletariado argentino, explotado, como todos, por una clase insaciable en sus ambiciones, ¡estemos en guardia, pues! ya sabemos que estado de sitio quiere decir, entre nosotros, estado de barbarie, bien; para el caso de que otra vez los locales obreros sean asaltados, cerradas nuestras imprentas ,perseguidos, presos o deportados nuestros hermanos de dolor y de causa ,por una autoridad convencida de que la razón y la ley residen en las culatas de sus fusiles asesinos, esta Federación, haciendo uso de la autorización debidamente conferida para el caso, decreta desde ya la huelga general de todos los gremios adheridos a ella y recomienda a sus compañeros adopten todas las medidas que las circunstancias aconsejen. Compañeros, ya lo sabéis; ésta es la consigna ¡Contra el estado de sitio, la huelga general!».
La crítica Valenciana dirá: «La Columna de Fuego» responde a la ideología y a los actos todos de la vida del autor, el protagonista es el pueblo, y como en todo buen teatro, pesan sobre las pasiones de los hombres la fuerza del destino.
Sin duda toda la trama de la obra está en la lucha contra el estado y en el debate interno de los trabajadores anarcosindicalistas argentinos.
Otras obras de Ghiraldo son «Los Nuevos caminos» «José de San Martín», «Yaquilandia Bárbara «, «Cuentos argentino» «Canciones Libertario», «Triunfos Nuevos», «Carne Doliente», «El peregrino Curioso» 1º Vol.(Mi viaje a España) 2ºVol.(Vida política española), «Los Salvajes » todas estas obras publicadas en España.
También hemos tenido en nuestras manos un poema que lleva por título Franco-Judas editado por la Unión Socialista Libertaria en Buenos Aires como pequeño homenaje de esta organización a Ghiraldo, puesto que le sabían ese amor a España en una estrofa de este poema dedicado a Franco dice
«¡Nadie puede llegar a tu vileza!
En la selva no hay rama que te aguante!
¡Si tuvieras conciencia
el ojo de Caín te seguiría!.
Pero no todo son poemas al deshonor y a la cólera, también encontramos en Ghiraldo la poesía de amor y nostalgia – aunque eso si – en continuo combate, publicada en «Cenit» y dedicada a la «Virgen Roja» Louisa Michel. en uno de sus párrafos dice:
Mística de una fe que no entendían.
Sino los que han amado o han sufrido,
Tus alas de ternura se extendían
Sobre toda tiniebla y todo olvido.
En fin, Ghiraldo, según nos cuentan quienes le conocieron, dice que fue un gran amante de las tertulias y de los grandes proyectos editoriales nunca terminados pero fiel a sus ideas e incansable orador hasta el último de sus días nunca tuvo un peso (un duro)en el bolsillo falleciendo en el destierro de Santiago de Chile en el invierno de 1946 cuando se encontraba trabajando en las obras completas de su gran amigo Ruben Darío.
Manuel Aisa i Pàmpols