
Antonio Turón i Liberto Sarrau dos homes de la resistencia llibertària durante els anys del franquisme aqui están recien arribats a la seu de l’ateneu enciclopèdic l’any 1996
ANTONIO TURÓN TURÓN
17 de enero de 1920 – 8 de marzo 2003.
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Artículo publicado en la revista “Enciclopèdic Noticiari núm. 29 desembre 2003.
Condensar los 83 años de vida de Antonio Turón en unas líneas es un trabajo quimérico que sin duda no nos llevaría a buen puerto. No hay que entender está expresión como algo negativo, si no antes, todo lo contrario. Y como sabemos o intuimos que ya habrá tiempo para acercarnos a lo biográfico y a sus memorias lo único que pretendemos es tender la mano y entrecruzar los sentimientos y sensaciones, que están ahí, entre las personas y sus afinidades.
El oficio de vivir, el simple hecho de tener conciencia de los elementos que nos rodean y saber tratarlos en la dimensión que cada uno de ellos nos merece es toda una aventura que entrelaza nuestro ego y su conexión con el nosotros, es decir, en el sentido más amplio del termino, “todos nosotros”. Aire, tierra, agua, etc elementos imprescindibles de nuestra existencia. Que sólo adquieren sentido cuando a las tesis Darwinianas le anteponemos las reflexiones de Kropotkin en el “apoyo mutuo” factor de la evolución como uno de los caminos imprescindibles para conocer el entrelazado de cada uno, con nuestro ego y su conexión con la naturaleza que nos rodea y por supuesto con lo colectivo.
Así, poco más o menos es como Antonio Turón Turón entendió la vida. Fue una de esas personas que adquirió su formación en la España convulsiva de la década de los treinta, y ya toda su vida fue una consecuencia de aquella explosión de libertad.
Sin duda no había vuelta a tras, pese a la larga noche del silencio, ese silencio del tiro en la frente a ya en “el Campo de la bota”, y la resistencia del Maquis convertidos en “bandoleros” y “atracadores” por el denominado “vigía de occidente” ávido de sangre y de tergiversaciones, donde ya sabemos que “La mejor manera de anular es tergiversar o ignorar, y naturalmente se empieza por el lenguaje”.
El resultado no podía ser más que muerte, represión, miedo, miseria, exilio, cárcel y más cárcel para más de una generación, pero Turón siempre estuvo dispuesto a volver a empezar, a hablar y hablar, a debatir y buscar los causes de lo colectivo, un formidable conversador interclasista, donde por encima de ideologías estaban las personas.
Antonio Turón cargado de una espléndida generosidad, fue uno de esos hombres incombustibles que se rebeló contra las injusticias de su tiempo, y no lo hizo desde una posición de rebelde sin causa que invoca “el pataleo”, sino más bien desde el conocimiento de las palabras y el significado y contenido de las mismas, que hace posible que el lenguaje sea ágil y fluido.
Así generaciones posteriores que compartimos algo más que mesa con Antonio, nos aprovechamos de su discurso, siempre ameno cargado de una extraña sabiduría, sin duda adquirida en las universidades anarquistas “La Cárcel”.
Pese a su larga enfermedad mientras pudo siempre anduvo dispuesto apoyar a los demás, y aun es esas pésimas condiciones continuo siendo una fuente de aglutinación para con los demás.
Manel Aisa
ANTONIO TURÓN y el Ateneu Enciclopèdic Popular.
A principios de la década de los ochenta, sería poco más o menos hacia finales de 1983 cuando los miembros de ECA (Ecología Cultura Arte)que tenían su sede social en la calle Tallers decidieron plegar velas y unirse a la aventura del CDHS y del no hacia demasiado tiempo reconstituido Ateneu Enciclopèdic Popular, pese a ser todos los miembros de ECA en su inmensa mayoría viejos y nobles guerreros de la libertad, no hay que olvidar que la mayoría estuvieron vinculados a las columnas confedérales “Columna Durruti” “Columna Ascaso” “Columna Ortiz” o lo que luego fueron la 24 y 26 División del ejército Republicano, todos ellos anarquistas o anarcosindicalistas.
Esa entrada masiva de miembro del ECA al AEP provocaba sobretodo los viernes por la tarde (que era de los días en que habían establecido sus reuniones), un continúo rodar de personas que arrastraban un buen legado histórico que impulsivamente trataban de transmitir a las generaciones posteriores.
Turón instigador de todo ese ir y venir que hacía posible que viejos amigos de barricada, trinchera o campo de concentración se reencontraran y sin tapujos como en una terapia de grupo hicieran un buen ejercicio de la memoria, esa memoria que sin embargo los tiempos de la pactada transición les negó y silencio. Pero ellos recluidos en las inmensas paredes de la Casa de Caritat de Barcelona no cejaron en expresar todo aquel anhelo que habían heredado de anteriores generaciones y transmitir a jóvenes recién llegado “que la Libertad no se mendiga, ni jamás se gano en las urnas” si no que es el ejercicio diario en la lucha entre “el poder y la Libertad individual y colectiva de cada uno de nosotros”.
Turón era sin duda por su carácter tremendamente generoso, abierto y dispuesto siempre al diálogo y a la busca del entendimiento y el acuerdo. En estas circunstancias, él fue aglutinador y hombre puente o mejor la conexión entre ambas generaciones en el AEP que provoco una gran simpatía y afinidad entre todos los asociados del AEP de aquellos años 80.
Antonio Turón Turón había nacido en Híjar (Teruel ) el 17 de enero de 1920 pero de niño se traslado a vivir con sus padre a Barcelona primero al Casco Antiguo y después al Pueblo Nuevo, en este barrio ya de muy joven a los 13 años entró a trabajar en la fábrica de Can Girona donde también trabajaba su padre, al poco tiempo se afilia a la CNT a los 15 años ya está militando en las Juventudes Libertarias de su barrio por lo que el 19 de Julio de 1936 en Barcelona ya es un aguerrido luchador que participa en los combates de los cuarteles del Dock.
No partirá hacia el frente hasta 1937 entrando en combate en la batalla de Belchite y con la 24 División pasará los Pirineos por la provincia de Lleida camino del exilio. En Francia como tantos otros conocerá los campos de Concentración de Bourg Madame, Vernet d’Ariège; Setfonts, Guegnon.
Al inicio de la 2ª Guerra Mundial Turón es enviado al Norte de Francia para producir material de guerra, pero esta muy pocos días ya que el rápido avance de los Alemanes hace inviable la operación. Conocedores de la suerte de los llamados rojos en Francia y las antipatías que procesan a los Alemanes y Franceses colaboracionistas, huye hacia el sur con otros compañeros, que trabajaran en el campo y en el bosque incluso hacen carbón para sobrevivir.
A principios de 1942 en Toulouse es detenido e internado en un campo de castigo del que logró escaparse, asediado en Francia decide cruzar la frontera por Camprodon pero es detectado y detenido por la Guardia Civil por lo que ingresa en la prisión de Figueres durante unos días, poco después enviado a Barcelona y encerrado en el antiguo cuartel de infantería de la Barceloneta y de allí a la prisión de Reus para luego partir hacia Cádiz, Algeciras en un largo viaje que duró más de 5 días sin apenas beber agua ni comer. Allí fueron internados en el Batallón disciplinario del Campo de Trabajo de “Las Eras” donde se dedicaban a construir trincheras, bunquers, fortificaciones, carreteras, todo ello muy cerca del Campo de Gibraltar. Estando en Gibraltar recuerda cuando se les presento la oportunidad de alistarse como voluntarios a la División Azul, pero ningún preso tomo esa decisión, pero si opto por salir de aquel escondrijo algún vigía y carcelero.
A finales del 42 es embarcado en un barco que lo conducirá de vuelta a Catalunya, esta vez a L’Escala donde trabajara en las excavaciones de las ruinas de Ampurias. El nuevo destino adquirió un sentido más dulzón, ya que pequeñas alegrías les reporto el tener ropa nueva así como un colchón y cojín limpio y duchas lo cual les permitía erradicar la plaga de los piojos y pulgas. Y poco a poco fueron organizándose incluso llegaron a poder ir solos a la playa durante el verano o bien organizar un equipo de fútbol que recorría buena parte de la comarca.
En agosto del 43 es enviado a Mallorca para continuar sus trabajos en los campos disciplinarios y después la Mili en la misma Mallorca hasta junio de 1945 que quedó licenciado. Desde su vuelta a Barcelona contacto con los compañeros cenetistas y de nuevo militó en la organización y con sus compañeros de Juventudes Libertarias editaron el periódico “Ruta”, eran tiempos en que creían que las tropas aliadas en cualquier momento entrarían por los Pirineos para derrocar el gobierno fascista aliado de Hitler y Mussolini por lo que en la propia Ramblas de Barcelona se respiraba ese ambiente de liberación y no era raro encontrar las ediciones clandestinas de los periódicos libertarios “Solidaridad Obrera”, “Ruta”, “Tierra y Libertad” etc. sólo en Catalunya había más de 15000 cotizantes al movimiento libertario. En este momento el sello de cotización era de 1’50 pesetas semanales que se dividían en 1 peseta para la CNT y cincuenta céntimos para pro-presos.
Sin embargo la policía franquista implacable volvió a mostrar sus garras en ese momento de descuido de pequeña euforia al caer el compañero anarquista Miñaro, la imprenta donde se editaba “Ruta” y toda la edición del último número del periódico, la policía descubrió el bar del Pueblo Nuevo donde se reunían por lo que Turón será detenido en enero del 47 por la brigada político social y en Vía Laietana recibe una monumental paliza por parte de los esbirros del comisario Quintela, En este periodo el cenetista Piqué de Vich morirá de una brutal paliza en la comisaría. (ver Solidaridad Obrera nº 31, agosto 1947), También resultaban muertos dos guardia civiles en Betanzos (La Coruña) en un enfrentamiento con el maquis y dos más en Madrid también por el mismo motivo,(20 enero) y en una emboscada morían en un tiroteo dos guerrilleros en Puertollano (Ciudad Real) (ver Diario Barcelona enero 47). Y pocos meses después caía en un rincón de Montjuic el anarquista argentino Raúl Carballeira.
En el Consejo de Guerra a Turón y a los quince que le acompañaban les cayo una condena de 30 años de cárcel. Enviado al Dueso paso por las cárceles de Zaragoza, Logroño y Bilbao antes de llegar al Dueso en Santander donde habían ya presos anarquistas, comunistas y de Ezquerra Republicana de Catalunya.
El Consejo de Guerra había estado muy irregular por lo que se consiguió una revisión del caso que rebajó la pena a 20 años. Que con el trabajo penitenciario quedaron en 11 años de prisión, así es como en 1958 sale en libertad condicional por lo que cada semana debía presentarse en la comisaría de barrio para firmar.
Turón se había instalado primero en Madrid y poco después en Barcelona.
Con esta libertad Turón volvió a buscar a sus compañeros cenetistas y de nuevo adquirió cargo en la organización hasta 1961 en que de nuevo es detenido y acusado de propaganda ilícita y pasará más de un año en la prisión.
Así nos lo cuenta en el libro de Sergio Vilar La oposición a la dictadura: Todo sucedió porque me encontré con un anarquista que se llama Ismael, con el que yo había estado en El Dueso. Mi encuentro con él fue casual, pero por lo visto la policía le seguía. Como yo le apreciaba mucho, lo llevé a mi casa a comer. Al cabo del tiempo vino a verme otra vez. Y un día lo detuvieron (era del Comité Nacional, pero yo no lo sabía). Cayeron los de Madrid: precisamente tenían un despacho en la Puerta del Sol, al lado mismo de la Dirección General de Seguridad. En el nº 13 de la Puerta del Sol; éstos militantes de la CNT disimulaban sus actividades bajo el nombre de “Agencia Comercial Garrón-Madroma”. Habían montado una agencia de transportes y a través de esta enviaban las publicaciones y la propaganda anarquista a diferentes puntos de España. … Se descubrió que aquello no eran sólo actividades comerciales. Cuando empezó el rosario de detenciones, el encargado de la propaganda Fidel Garrón, estaba en Barcelona (precisamente había venido a mi boda, pues yo me case por aquellos días). Fidel vino como un amigo más … me detuvieron al volver del viaje de novios…
En aquellos días en toda España cayeron detenidos más de un centenar de libertarios.
A pregunta de Servio Vilar sobre la relación de la CNTy la CNS Turón nos dice: En este momento soy contrario a esas relaciones. Al principio yo sentí cierto entusiasmo, porque creía que era posible conseguir una apertura, pero … Aunque nosotros quedásemos mal, aunque pensábamos que éramos una punta de lanza que podíamos desprestigiarnos, lo hacíamos en beneficio del obrero en general, y por ello valía la pena correr ese riesgo… Mi tesis era ensayar, pero ya hemos visto que no tienen intención de hacer esa apertura, de democratizar el sindicato, máxime cuando hemos visto aprobar la Ley de Secretos Oficiales, los artículos del Código Penal … y que todo queda supeditado al principio de autoridad. Por todo eso ahora yo soy contrario a la operación que se montó en 1965, a todos esos contactos. He visto que Chozas y Muñoz Alonso, que son los que conectaban con nosotros, son dos personas bastante cerradas.
… Nosotros podemos haber caído en un error, pero no ha habido venta, no hemos traicionado a nadie. Nuestra gente no se da de baja porque tampoco se dio de alta. La gente se sumó más o menos en cuanto a predisposición.
He preferido acercarme a este apartado del cenetísmo cincopuntísta con las mismas palabras y el enfoque que Turón da en el libro de Sergio Vilar “La oposición a la dictadura” por que nos habla directamente y nos expresa sus sensaciones, no hay que olvidar el contexto de vacío y desesperación de todo amante de la libertad en aquellos inicios de la década de los sesenta.
A grandes rasgos biográficos es éste Antonio Turón quién se acerca al Ateneu Enciclopèdic y milita con entusiasmo en las décadas de los años 80 y 90, formando parte de la Junta del Ateneu a partir de 1983 primero como secretario de relaciones exteriores y años más tarde como secretario del AEP, sin duda su gran aportación a la biblioteca del Ateneu Enciclopèdic hay que mostrarla con gratitud ya que él incansablemente siempre mantenía todo tipo de relación con los cenetistas exiliados e incluso llego o mejor fue el impulsor de un boletín biográfico que iba dirigido exclusivamente a los compañeros libertarios sobretodo del exilio, Francia, Inglaterra, Suiza, gracias en buena parte ha esta iniciativa de Turón hoy el Ateneu Enciclopèdic Popular, puede presumir de disponer de una de las mejores Biblioteca, Hemeroteca, Archivo sobre los movimientos sociales y anarquistas del siglo XX en Europa. Ya que al menos Turón era capaz de organizar un viaje al año a Francia o Suiza para recoger innumerable documentación que enriquecía constantemente el fondo documental del AEP.
Su implicación en todos los grandes proyecto del AEP desde la organización de las exposiciones sobre la guerra civil o sobre la “Resistencia Catalana”, el acto multitudinario con motivo del 50 Aniversario de la Revolución Española” donde él en el foro de Cal Ardiaca a rebozar su sala de actos, patio e incluso buena parte de acceso a la calle donde Turón dirigió una mesa en la que estaban Xena y Federica Montseny (que llego algo tarde debido a un gran incendio que aquel Julio del 86 se había provocado en el Pirineo).
Siempre dispuesto a abrir la gran enciclopedia de la memoria en el Ateneo se apasionaba cuando algún aprendiz de historiador o curiosos de la historia se acercaba hasta nuestro archivo y de allí salía con una gran y sencilla “lección magistral” sobre cualquier tema relacionado con la revolución española, e incluso con universidades de allende nuestras fronteras (alemanes, franceses, belgas) se llegaron a organizar viajes donde Turón y a veces otros compañeros del Ateneo disertaban de cualquier aspecto, “19 de julio del 36”, “las colectividades agrarias”, “las colectividades Industriales”, “El maquis”, “La resistencia”, “mayo 37” “Los ateneos libertarios” “Mujeres Libres” etc. O a propósito de la Olimpiada del 92 cuando incluso televisiones Japonesas se acercaban a la Ateneu para organizar documentales de la otra Barcelona y Turón naturalmente siempre dispuesto a pasear junto a las cámaras niponas disertando sobre “aquella Barcelona revolucionaria del 36”.
O las largas estancias de historiadores como Helmut Heine desempolvando caja por caja toda la documentación depositada en la Biblioteca en busca de documentos para su tesis sobre “La oposición al franquismo” (creo que inédita), y las continuas aclaraciones que Turón aportaba al no menos apasionado Heine.
Él también fue una pieza clave en aquella etapa de transición del AEP en los años 90 cuando la biblioteca guardada en caja de plátanos andaba por los subterráneos de la casa de Caritat las duras y difíciles conversaciones con los responsables de la administración o del CCCB hasta que por fin después de muchos avatares pudimos respirar con un nuevo local en Passeig de Sant Joan del que él ya disfruto en pocas ocasiones, sin duda se iniciaba una nueva etapa, y a Turón su enfermedad del Parkinson le ponía frenos a su libertad incluso con generosidad al menos en dos ocasiones se ofreció al Hospital de San Pablo” para que experimentaran nuevo fármacos que no siempre obtuvieron los resultados apetecidos
En el AEP se le hizo un pequeño, sencillo y cálido homenaje que Paco Ríos en buena medida capto en imágenes, aun recuerdo aquel día que muy conocedor de lo que me pedía, me dijo: “Recuérdame como me has conocido siempre, en los buenos momentos, no soporto cuando estoy mal que los amigo me vean, me pongo todavía más irritado”.
A partir de ahí pocas, muy pocas veces volví a verlo,( quizá una docena de veces) había que desplazarse a la Verneda y calcular el horario y el efecto de los medicamentos en su persona.
Pero sabíamos por su hija Sonia, Adolfo o Navarro (de Orto), que Turón seguía incansablemente su inagotable labor de dar a conocer lo que fue “la revolución española y la gente que hizo posible esa revolución” con sus aciertos y errores, sus frustraciones y la desesperación del largo y sangriento silencio del franquismo.
Su última gran aportación la encontramos en el prólogo al libro de Ferran Aisa “Una Història de Barcelona Ateneu Enciclopèdic Popular 1902-2000”. Donde hace una reflexión colectiva de los últimos veintitantos años del Ateneu y del Centre de Documentación Històrico Social. Y nos dice y certifica que: Queda constancia de l’amor als llibres, a la cultura, a l’aprenentatge col·lectiu … dels que directament es posaren a la feina de recuperar una època d’amor a tot això, i dels que li donaren suport amb els seus tresors més ben guardats”…. “ Membres gairebé en exclusiva d’una ideología, la llibertària, que van aconseguir així que l’AEP tornés a funcionar i ho fes amb un fons increíble”.
“I és que un ateneu és molt important per a un anarquista”. I a partir de aquí Turón hace una reflexión de aproximación entre “els Ateneus llibertaris i l’Enciclopèdic”.
Hoy, me alegraría saber que sus memorias son publicables, ya que con inusitada pasión nos hablaba siempre de ella, por ejemplo de Can Girona y de la secciones culturales y deportivas de que disponía, del decreto franquista que obligo a cerrar la empresa al considerarla un ejemplo de gestión durante el periodo de colectivizaciones, o de los cañones de Montjuic cuando en Mayo del 37 apuntaban directamente al palacio de la Generalitat o la documentación que se le proporcionaba a los compañeros recién llegados en clandestinidad (cartilla seguridad social, etc) .
Y su último gran acto que su hija se encargo de comunicarnos en el homenaje que recientemente se hizo en Espai Obert al recordándonos ese acto de generosidad sin duda reflexionado en plenas facultades de donar su cuerpo a la ciencia.
Veinte años he permanecido poco más o menos junto a Turón que sin duda me sirvieron para cultivarme y llegar entender un poco mejor muchos de los entresijos de esta vida.
Y no se me ocurre más que terminar este artículo con un tango de Carlos Gardel que hace ya algún tiempo otro gran anarquista Miguel García (en el bar la Fragua) cantaba a la menor ocasión que alguien le observara. “La comparsita”. “Volver”.
Volver con la frente marchita
Sentir que es un soplo la vida
Que veinte años no son nada
Que flébil la mirada
Manel Aisa