RAFAEL BARRADAS
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Article publicat a la revista «El Vaixell Blanc» Secció Artística Literària de l’Ateneu Enciclopèdic Popular núm. 16/17 Desembre 1982.
Pintor y Uruguayo de nacimiento Rafael Barradas llegó a Barcelona a fines de 1913 después de dos agitados años entre Francia e Italia, donde en éste último país (Milán) conocería la euforia futurista y a su caudillo Marinetti. Estos son años en que el padre del futurismo se separa de sus amigos anárquicos para poco a poco decantarse por un nacionalismo que ya en 1913 se transforma en el programa Político Futurista argumentado y definido por hombres como Boccioni, Carra, Russolo además del ya conocido Marinetti, donde sus principales convencimientos pasan por el «Expansionismo colonial, antisocialismo, anticlericalismo, culto al deporte y al heroísmo fascista, etc».
Pero Barradas ya había arribado a Barcelona y sin un duro en el bolsillo consigue insertar algunos de sus dibujos en «L’Esquella de la Tortaza» y «La Revista Popular» donde naturalmente no puede expresar sus intenciones vibracionistas, pero ello le ha de servir para tomar los primeros contactos en Catalunya con Gutiérrez Gili, G.Manegat, Legina, etc.
Dos años más tarde de su llegada a Barcelona, estamos en 1915, Barradas decide partir hacia Madrid y como no dispone apenas de dinero cojee su hatillo de pintor e inicia su camino andando, teniendo que ser recogido en Luco de Jiloca (pueblo aragonés) por una familia campesina cuando ya Barradas parecía llegar al límite de sus fuerzas. El hambre, la enfermedad y el agotamiento han vencido al artista pintor.
Poco tiempo después Barradas se unía en matrimonio a Pilar, hija del hospitalario campesino.
Durante su estancia en Aragón llegó a ponerse en contacto con universitarios Zaragozanos colaborando en la revista «Paraninfo» de aquella ciudad.
Un año más tarde (1916) Barradas esta vez acompañado de Pilar decide volver a Barcelona, por el mismo medio que había llegado él. A su llegada a Barcelona lo primero que hace es conectar con el también Uruguayo de padre catalán Torres García que por entonces está muy relacionado con los medios artísticos catalanes, allí conoce a Joseph Dalmau y poco después expone en la sala que éste último tiene en la calle de Puertaferrisa. De esta exposición que realiza junto a Torres García, Santos Torroella dirá: «El exponente de la máxima inquietud pictórica en nuestro país aunados uno y otro en prolongar, por otros caminos, la entonces generalizada corriente del Cezannismo» (1).
Durante este tiempo Barradas vive en una casa de huéspedes de la calle Diputación muy cerca de la Plaza Universidad donde frecuenta el «Café del Prado» situado en Cortes Catalanes / Viladomat donde cada tarde suele acudir a sus tertulias dibujando y observando el ir y venir de las gentes. A la vez Barradas se encuentra preparando su primera exposición individual que ha de llevarse acabo en las Galerías Layetanas, y es ahí donde empieza a perfilar el vibracionismo que Guillermo de Torre se ha encargado de describir como: «El afán de representar los objetos en movimiento al modo de los primeros y auténticos futuristas -Boccioni, Russolo, Severini-, con la técnica de las descomposiciones en planos peculiares de los orígenes cubistas» (2).
En 1917 Dalmau organiza una muestra de arte francés con algunos de los artistas que por la guerra del 14 se han trasladado a nuestro país. La exposición levanta un gran escándalo en Barcelona primero con Grounhoff y más tarde con Serge Charchoune y sus fils ornamentales abstractos con música intercalada de Batilla Pratella. Poco después (junio 17) el propio Dalmau se encargará de que los artistas catalanes homenajeen a sus homónimos franceses que habían participado en la muestra de arte francés, Barradas cómo no! Estuvo presente junto a J. Dalmau, F.Elías, A. Flaquer, M. Gimeno, P. Isern, I. Pascual, T.Esquius, Vayreda, J. Junyer, Mir, Mompou, Nonell, etc.
También en este año de 1917 Barradas colabora con sus dibujos vibracionistas en la Revista «Enemic del Poble» de Savat Papasseit, con unos dibujos de pleno «aire Barcelonés» como es «El Tranvía 56».
En 1918, Barradas decide partir hacia Madrid donde al año siguiente expondrá en el Salón Mateu con una abundante obra pintada anteriormente en Barcelona en la que refleja la vida ciudadana de ésta en, cafés, agitaciones callejeras, viajes a Sitges, etc. Sin embargo su pintura es mal recibida en la capital, por una crítica en la que sólo encontramos dos excepciones en la persona de Manuel Abril, José Francés, esté último escribirá en el año artístico «La mayor parte de la crítica cotidiana le ha saludado con burdos y groseros cuchufletos o con improcedentes consejos. Barradas no merece estos torpes chistes de la impotencia incomprensiva, no necesita que se señalen retornos a ritos abandonados voluntariamente» (3).
Este mismo año pese a encontrarse en Madrid, Barradas sigue colaborando con las revistas catalanas tocándole el turno en esta ocasión a «Arc Voltaire» de su amigo Salvat Papasseit, que ve aparecer su primer número en Febrero del 18.
Mientras tanto en Madrid, Barradas inicia una fuerte amistad con José Francés y Gregorio Martínez Sierra director de la Biblioteca Estrella y del Teatro Eslava. Con ello se abre un período de continuado trabajo ilustrando libros, esbozando carteles, decorados y figurines para la compañía de Martínez Sierra y de Catalina Bárcena.
En marzo de 1920 Barradas presenta su segunda exposición vibracionista en Madrid y pocos meses después – Mayo- hará lo propio en la sala Dalmau de Barcelona. Ambas exposiciones las desarrolla paralelamente al trabajo entusiástico de figurines para «El Maleficio de la Mariposa» del todavía novel escritor Federico García Lorca que estrena en el teatro Eslava el 22 de marzo.
En el mes de noviembre de 1920, Barradas ilustra el «Manifiesto Vertical» de Guillermo de Torre. Es un hecho el que Barradas empieza a colaborar con los ultraístas sobre todo a partir de diciembre cuando aparece el primer número del «Reflector» dirigida por José Ciría y Guillermo de Torre, con la colaboración entre otros de: Luis Aragón, José Luis Borges, André Breton, Gerard Diego, V.Doesburg, Paul Eluard, Pedro Garfias, Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, G.Papini, V.Parnack, Francis Picabia, Erza Pound, A Salazar, Salvat Pappasseit, Tristan Tzara, Adrian del Valle, Nora Borges,etc.
Ya en 1921 siguieron apareciendo nuevas revistas en las que colaboró Rafael Barradas «Tableros» y «Ultra». El treinta de abril en el Ateneo de Madrid se organiza una velada en la que el propio Barradas presenta: «-El anti yo- estudio teórico sobre el clownismo y dibujos en la pizarra» (4).
También este mismo año Barradas presta su colaboración a la revista «Alfar» de la Coruña que Brihuega denomina como: «Sus 56 números son una de las columnas vertebrales de la difusión de las nuevas corrientes plásticas y literarias en España»(5).
Así en 1922 Barradas suele frecuentar el café de Atocha como tantos otros artistas e intelectuales de su tiempo, y es allí donde nace una fuerte amistad con Alberto Sánchez de oficio panadero con vocación de escultor al que Barradas se encargará de iniciar en las corrientes plásticas contemporáneas.
También este año se deja ver Barradas en la vida cultural de Madrid al exponer en las salas del Ateneo junto a Maroto, C.Ruiz y Winthuysen.
En el mes de Agosto aparece en la «Revista España» un trabajo de Guillermo de Torre sobre los grabadores ultraístas centrándose en la obra de Jahl, N.Borges (esposa de G.de Torre) y Barradas.
Ya en 1923 Barradas vuelve a colaborar con G. De Torre, esta vez al dibujar la portada de su libro «Hélices». En este mismo período Barradas realizará la primera portada de la «Revista de Occidente» que su buen amigo Ortega y Gasset le encarga. Este dibujo fue el organigrama de la revista durante muchos años.
En 1925 Barradas volverá a Barcelona esta vez acompañado de mujer, madre y hermana y se instalará en Hospitalet de Llobregat concretamente en la calle Porvenir, hoy Joseph Mª de Segarra. Y poco tiempo después encontrará trabajo en el semanario infantil «Alegría» que confecciona junto a L.G. Manegat y J.G.Gili.
Vuelve Barradas a frecuentar los cafés alrededor de la Universidad como el «Café del Prado» donde conoce a los anarquistas Felipe Alaiz y poco más tarde al editor de la editorial anarquista «Vértice» Hermoso Plaja, frecuentando la casa de este último donde se improvisaban animados debates de la actualidad social catalana. Por mediación de Hermoso Plaja quiso Barradas homenajear al anarquista gallego Ricardo Mella con un dibujo que apareció en el número tres de la revista Vértice (6).
En 1926 el estudio de Barradas en Hospitalet pronto se va a convertir en el Ateneillo donde cada domingo se reúnen muchos artistas catalanes como: Joseph Maria de Sucre, J.Alsamora, Sebastià Gasch, Mario Verdaguer, Gustavo Gili, G.Manegat, Ángel Ferrant, E.Leguina, L. Góngora, Guillermo Díaz Plaja, Luis Muntanya, S. De la Maza, Luis Capdevila, M. Font (siau), J.Guyas, V. Sabater, Federico García Lorca, etc. Así pues por mediación del Ateneillo Barradas puso a Lorca en conexión con el mundo artístico catalán. En junio de 1927 entre Barradas y Sebastià Gasch convencen a Joseph Dalamu para que éste disponga de su sala de arte para los dibujos de Federico García Lorca.
En noviembre Barradas participa en el 1º Saló de Tardor de la sala Parés junto a artistas como Dalí, Sunyer, Sisquella, Obiols, etc. Un mes antes había participado en la organizada por Dalmau que lleva por título de cabecera: «Exposició del Modernisme pictòric català confrontada amb una selecció d’obres d’artistes d’avantguarda estrangers».
En la confrontación de nombres observamos los de: Delaunay, Dufy, Gleizes, Grunhoff, Picabia, Vlamick, Dalí, M Humbert, M Hugué, Junyer, P Pou, Miró, Mompou, Sisquella, Torres García.
Ya en el mes de enero del 27 aparece una nueva revista «Gaceta Literaria» con dibujos de Barradas y de Vázquez Díaz y estudios de Moreno Vila, Bagaría, Maroto, Negreiros, etc. Dos meses más tarde G. Gili dedicará en esta misma revista un apartado dedicado al Vibracionismo de Barradas.
Nuestro amigo Barradas continúa insaciable, pintando y exponiendo en la sala Dalmau, lo hará individualmente en mayo y una colectiva en octubre presentada por Joseph Maria de Sucre.
1928 –Este año el mundo de las artes en la península vivirá agitadas reuniones y manifestaciones culturales con la llegada del futurista Marinetti. «La Gaceta Literaria» desde Madrid y el Ateneillo con Dalmau al frente serán los encargados de impulsar varias iniciativas, es así como se lleva a cabo una exposición con obras de Ricart, Dalí Miró, Weber, Picabia, Barradas, García Lorca, etc.
Y llegamos a la última exposición que Barradas celebró en Barcelona en vida, ¡Cómo no! Será una vez más en Dalmau en el mes de septiembre junto a Biosca, Basas, Ribera, Callet, E Homs, etc.
En los últimos meses de 1928 parte Barradas para su país de origen donde ha de ocupar el cargo de Director del Museo Nacional pero apenas tendrá tiempo de ejercer su nuevo cargo ya que el 12 de febrero de 1929 muere en Montevideo.
Poco días más tarde y con la noticia de su muerte aún reciente sus amigos barceloneses Opios, Montaner, Gasch, Foie, Sucre, Díaz Plaja, Sánchez Juan, Otero, Capdevila, Dalmau, Gili, etc se dirigen a la punta de la Escollera (Rompeolas) para tributarle un sentido homenaje poético.
Años más tarde, el 23 de noviembre de 1933 Federico García Lorca visita Montevideo y de ello José Mora Guando nos dice: » Fue un triste día lluvioso, como previamente elegido para tal circunstancia: un grupo de amigos, que la muerte posteriormente se ha encargado de ir achicando, acompañamos a Federico al cementerio del Buceo; formamos círculo en torno al trozo de tierra tumba de Rafael Barradas y el poeta, en silencio, fue arrojando un puñado de humildes florecillas, ninguna solemnidad, ni el menor aparato, sino un sencillo y callado acto de recordación y de meditación. Cada cual con su fe –o con su triste falta de fe- , guardamos durante breves minutos reverente quietud, y cada cual tuvo ocasión de pensar cómo liga la amistad a las almas y las mantiene trabadas por encima de la distancia y por encima de la muerte» (7).
1. García Lorca en Cataluña. Antonina Rodrigo. P.127
2. Idem. P.128
3. Idem. P.128
4. Las Vanguardias Artísticas en España 1909-1936. Jaime Brihuega. P.227
5. Idem. P.230
6. Solidaridad nº281 1970 FORU Uruguay P.55
7. García Lorca en Cataluña. Antonina Rodrigo. P.150
Manel Aisa