Ya ves Diego Camacho (Abel Paz), 13 de abril de 2009 – 15 años que nos dejó nuestro Durruti
Manel Aisa Pàmpols
Y artículo «Nuestras alas truncadas» con una carta de Concha Liano a Diego Camacho , desde Caracas 18 de enero de 1997, publicada en la revista Orto 212 , enero-marzo 2024, que encontraréis aquí en formato fotos, con una portada extraordinaria de Roc Blackblock
revistaorto@hotmail.com

Han pasado 15 años desde que nos dejaste, un poco a la desesperada, ya cansado de tanto batallar, explicando tú vida, tus vicisitudes, por esos mundos de la acracia, las cárceles, las consignas, “hay que hacer” cada día “hay que hacer”, Durruti, nuestro Durruti, aquel que llegamos a querer tanto.
El ponerse las pilas para que el anarquismo tiré pa lante, en tiempo difíciles, (donde todos desaparecían), corregir lo que dicen los enemigos del anarquismo, esos que están dentro de nuestros centros, esos que viven del cuento, esos ladrones de ideas, esos que solo quieren medallas, acapararlo todo, recaudar comodidades, esos “Santurrones de turno” ja deia la mare, “vigila que aquest et treura fins la camisa”, i la tieta, la bona tieta, deia “Déjalo mientras le vaya bien a él, no vendrá a molestar”.
Las cosas han ido como han ido, ahora ya en la vejez,
no la tuya Diego, sino la mía, me llaman “dictador”, y repaso mi vida, y resulta que no he dado ni una sola orden en mi vida, al contrario, me dedique en muchos casos a repartir llaves de espacios del pretendido anarquismo, a cambio de la responsabilidad individual de cada uno, para lo colectivo, para que los afines tuvieran su espacio y desarrollar su autonomía, a cambio recibí el cerrojazo de esos vocales del AEP/CDHS que me cambiaron la cerradura para prohibirme mi autonomía, como yo tantas veces había defendido la suya, la de todos, bonito ejemplo de anarquismo.
En fin, son época, etapas sucias, turbias, que hay que dedicarse a otras cosas, pasar página, pero ser un poco mosca cojonera, también.
Pero, todavía me queda energía, y constantemente me recargo las pilas, como en tiempos atrás , ¿¡recuerdas!, ¡recuerdo!?
Aunque, Ya no puedo recibir tus “Lo que hay que hacer”, también de Antonia Fontanillas cada domingo por la tarde desde Dreux, y cuando estaba en Barcelona, en la calle “Arc de Sant Martí”, me buscaba Antonia para no perder el tiempo, y agobiarme con “lo que hay que hacer”, y así manteniendo el tipo, y para terminar el círculo a Federico Arcos que desde Canadá tampoco perdía ocasión para decir que debemos hacer en cada momento, fue un tiempo mágico que en el Ateneu Enciclopèdic había algunas cosas extraordinarias, con las personas que llegaban a cada paso, con sus inquietudes por conocer , aquello que fue y que pudo llegar a ser, todo eran sensaciones de estar construyendo alguna cosa, pensamiento, ilusión, alegría, y sobre todo buscar una especia de cordón umbilical que nos uniera entre generaciones, como aquello que tratamos de aprender en el 1976-1979.
Y la convivencia en esa etapa del Ateneu Enciclopèdic no era fácil , con Jesús Lizano, con Diego Camacho, La Antonia Fontanillas, La Joaquina y Liberto Sarrau, Adolfo Castaños, gestionar ese grupo de personas , ya no, sus personalidades sino, sus prontos, sus actitudes y sus egos, sobre la mesa eran insuperables, si a ellos, juntamos algunos compañeros , compañeras más, como Valerie Powles o Marianne Brull, el coctel era sumamente explosivo, pero andábamos y caminábamos juntos, y en aquellos tiempos era capaz de organizar, gracias a sensibilidades que me arropaban como Marianna, Valeria o Emilie, y después cuando llegó Txema, repito era capaz, incluso hasta sentar en una buena comida a todos ellos a la vez, con otros más como Bernard Muniesa , Luis Andrés Edo, Doris Ensinger, y organizar una jornadas sobre “la lucha contra el franquismo” con tantos otros que llegaron a rodear y abrazar nuestro proyecto aquel que desde la calle Verdi de Barcelona Diego Camacho, construía en su día a día, marcando las líneas del “ Manolo, Lo que hay que hacer”. Que hoy ya es una anécdota que unos vocales de AEP/CDHS se han encargado de borrar, y recuperar a los Santurrones y ahora, encima se habla de profesionalidad.
La profesionalidad de los burgueses, que poco recorrido pueden tener entre nuestra gente, a solo que reflexionen una miaja.
Habría que recordar a Miguel García García en la entrada del Bar la Fragua cuando nos cantaba aquello de Carlos Gardel «Volver «
Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos
Van marcando mi retorno
Son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos
Hondas horas de dolor
Y aunque no quise el regreso
Siempre se vuelve al primer amor
La vieja calle donde le cobijo
Tuya es su vida, tuyo es su querer
Bajo el burlón mirar de las estrellas
Que con indiferencia
Hoy me ven volver
Volver
Con la frente marchita
Las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir
Que es un soplo la vida
Que veinte años no es nada
Que febril la mirada
Errante en las sombras, te busca y te nombra
Vivir
Con el alma aferrada
A un dulce recuerdo que lloro otra vez
Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve
A enfrentarse con mi vida
Tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos
Encadenen mi soñar
Pero el viajero que huye
Tarde o temprano detiene su andar
Y aunque el olvido que todo destruye
Haya matado mi vieja ilusión
Guardo escondida una esperanza humilde
Que es toda la fortuna de mi corazón
Volver
Con la frente marchita
Las nieves del tiempo platearon mi sien
Sentir
Que es un soplo la vida
Que veinte años no es nada
Que febril la mirada
Errante en las sombras, te busca y te nombra
Vivir
Con el alma aferrada
A un dulce recuerdo que lloro otra vez.
Si volver a los tiempos que fueron, el todo para algunos libertarios de mi generación en Barcelona, que aprendimos algo del anarquismo entre la Rivolta, La Fragua, La F L. de Plaza Real, El Sindi construcción CNT en la calle Hospital, pero eso forma parte del deseo de la nostalgia, del amor a un mañana que sin duda está por llegar, mientras tanto.
Cuantas veces escuche esta canción en la voz de Miguel García García, aquel anarco, que estuvo con Facerias expropiando a los franquistas en el moble de la Casita Blanca, aquel Miguel que, salvo la piel de casualidad, y que se pasó más de 20 años en las cárceles de franquismo.
Bueno Diego, nos vemos pronto, este verano en agosto volvemos hablar, todo lo claro que podamos.
Salut
“A Bientot anarquisme”
Manel Aisa Pàmpols



