Barcelona Abril / diciembre de 1931, Sindicato de la Construcción de la CNT AIT
Por Manel Aisa Pàmpols ,editado por el Lokal
Con este recorrido por diversos barrios de Madrid, hemos tratado de interrelacionar lo que fue la huelga de alquileres de Barcelona en 1931, y los elementos que hoy pueden ser exportables a la nueva situación de este siglo XXI, evidentemente el contexto es diferente, pero a la vez cada vez, cada vez es más parecido, donde la sociedad “democrática” donde vivimos, se hace difícil poder satisfacer un modo de vida sosegado y sin trampas de los mercados para poder sentirse aliviado y vivir fuera de los marcos de los especuladores.
Donde unas pocas personas han cambiado el escenario natural de las vidas de la gran mayoría, tal como deberíamos entenderla hoy día, como a través de la historia se ha entendido la vida de las personas, que por lo general necesitan un techo para vivir, y protegerse les las inclemencias naturales, y la necesidad de alimentarse, esas dos necesidades, forman parte del camino de la vida, de cada uno de los seres vivos de este planeta, es decir, y referenciando a los humanos, todo aquel que ha nacido, solo por ese hecho de nacer tiene el derecho natural de sentarse en el banquete de la vida.
Con la mirada puesta en el Estado, ya que es éste quien tiene que velar por la naturalidad de las vidas de todos sus ciudadanos, la vivienda no puede ser ni convertirse en el refugio de los egoísmos y la usura de los rentistas, eso, debe de corregirlo el propio Estado, mientras no seamos capaces de construir otra manera de organizarnos.
Así, en aquel contexto de crisis económica en que se produjo la Huelga de alquileres de 1931 en Barcelona y la actual situación, que perjudica a la gran mayoría de la clase obrera y media de este país en las principales zonas habitadas donde algunos ante las necesidades de los muchos solo piensa en la usura y los egoísmos para seguir esquilmando a los inquilinos y arrebatarles todo o más de uno sueldo y a veces hasta dos sueldos de esfuerzo de trabajo que, por un lado debería de servir al alimento nutricional y cultural que debe de engrandecer el conjunto de la sociedad en la que vivimos.
Pero ese paso queda en entredicho, ya que la mayor parte de ese capital va a parar a los bolsillos de los fondo buitres o en todo caso a los grandes y pequeños especuladores que persisten en la lógica de la especulación de las viviendas y la entienden no como un bien de necesidad común para las familias de este país, sino como un único fin de las ganancias fáciles del momento, para uno minoría.
Esa es la mentalidad que debe de cambiar en este país y probablemente en otros muchos, donde hay que dar paso y prioridad a la vida de las personas antes que, a los especuladores, que siguen empeñados en que cada vez haya más pobreza en nuestro entorno.
Por ello, el Comité de Defensa Económica que también defendió los intereses de los inquilinos en 1931, ese papel ahora en el 2024 y 2025 lo puede hacer el Sindicato de Inquilinas allí donde tenga capacidad de organizarse e incidir donde se pueda, con la insumisión colectiva si llega el caso.
Sí, las intransigencias de los fondo buitres continúan y los políticos que defiendes el Estado se equivocan una vez más a la hora de legislar, en reconocimiento de los más que no es otro que apostar por la vida de todos.
De eso tratamos de hablar en Madrid, tanto en Getafe, en el Barrio de Plaza del Ángel junto a la avd. Extremadura y en Lavapiés en el local de “Traficantes de sueños”.
Esperamos que el debate de paso al razonamiento y que las cosas empiecen a cambiar para mejor de todos.








Manel Aisa